Arow Down
By Lucia Piñero | 18 May, 2020

Lenguaje: Una forma de superar los bloqueos de diseño

"Cambia tus herramientas, puede liberar tu pensamiento". Paul Arden.

Es 2013, estoy sentada en una clase del Pratt Institute de Nueva York y de repente me doy cuenta de que soy la única persona de mi clase que no habla inglés. Por alguna razón, empiezo a sentirme insegura y estúpida. Ya no estoy segura de cómo voy a desenvolverme en clase, qué voy a decir o cómo decirlo. Esta horrible sensación me duró todo el primer semestre y, a pesar de que en realidad sé hablar muy bien inglés, el hecho de no poder utilizar mi lengua materna me impedía de alguna manera comunicarme y -lo peor de todo- crear. A menudo me preguntaba cómo habría sido si mis clases hubieran sido en español. Creo que mi comportamiento habría sido al menos un poco diferente.

Lera Boroditsky, profesora asociada de Ciencia Cognitiva en la UCSD y editora en jefe de Frontiers in Cultural Psychology, que centra sus estudios en el lenguaje y la cognición, declaró en un evento para la UC Berkeley en 2011:

"Es una experiencia muy, muy común. Los bilingües afirman muy a menudo que se sienten como si fueran otra persona".

La lengua es mucho más que hablarla. Una lengua conlleva su propio bagaje cultural, sus propias asociaciones, su propia forma de procesar la información y percibir el mundo, y por tanto, podemos argumentar que está ligada a la identidad. Una vez entendido esto, resulta fácil imaginar por qué muchas personas se sienten en conflicto cuando cambian a una vida extranjera.

Adaptarse a una nueva cultura lleva tiempo y rara vez resulta fácil; según un informe del Centro Nacional de Salud Mental en las Escuelas de la UCLA de 2013, la mayoría de los estudiantes internacionales experimentan cierto grado de choque cultural al entrar en las escuelas de EE.UU. ¿Quién habría imaginado que uno de mis problemas más profundos se convertiría en realidad en un tema de tesis que me llevaría a concluir el posgrado?

Como sabe la mayoría de la gente que ha estudiado otro idioma, las distintas lenguas distinguen gramaticalmente distintos tipos de cosas. Por ejemplo, algunas lenguas, como el español, marcan el género gramatical de todos los sustantivos y adjetivos; otras, como el inglés, no hacen distinciones de género en absoluto. Un estudio realizado por Lera Boroditsky en 2003 con hablantes de alemán y español demostró que el género gramatical de un objeto inanimado puede influir en la forma en que los hablantes lo consideran. Cuando se les pidió que describieran una llave, para la que la palabra alemana es masculina y la española femenina, los germanoparlantes la llamaron fuerte, peligrosa, robusta y altísima, mientras que los hispanohablantes la llamaron bonita, pacífica, elegante, hermosa y frágil.

¿Qué sugiere esto para el diseño? Sin duda, las ideas se procesan a través de conceptos descritos con palabras, y estas palabras tienen una enorme importancia, ya que representan un complejo conjunto de características, algunas de las cuales pueden ayudar al diseñador a ver una forma concreta de proceder. Pero es precisamente que los diseñadores necesitan entender los problemas e idear soluciones a través de un proceso que implica cambiar la forma de percibir una situación. "Si te atascas, dibuja con un bolígrafo diferente", dice Paul Arden, autor británico y director creativo, en su libro It's Not How Good You Are, It's How Good you Want to Be (No es lo bueno que eres, es lo bueno que quieres ser), y al igual que utilizar una herramienta de dibujo diferente, permitir que influyan varios lenguajes durante la fase de ideación puede ser clave para encontrar la inspiración y superar los bloqueos del diseño; ofrecerá una perspectiva híbrida.

Uno de los primeros ejercicios que hice para mi investigación fue pedir a los estudiantes hispanohablantes del departamento de GradComD de Pratt que hicieran asociaciones de palabras. Preparé dos conjuntos de palabras, uno en inglés y otro en español, ambos conteniendo exactamente las mismas palabras. Mezclé ambos conjuntos y les dije a los estudiantes que iba a leerles algunas palabras. A continuación, les pedí que me dijeran la primera palabra que les viniera a la mente (en cualquier idioma) según las palabras que habían escuchado:

ROJO/RED, CERVEZA/BEER, CORAZÓN/HEART, OCHO/EIGHT, RATÓN/MOUSE, NUBE/CLOUD, PERRO/DOG

El resultado de este ejercicio fue, por un lado, que casi siempre las asociaciones hechas para palabras españolas eran diferentes de las asociaciones hechas para palabras inglesas; incluso en algunos casos, las diferencias eran bastante drásticas. Por otro lado, las asociaciones hechas para palabras en inglés eran más variadas que las hechas para palabras en español. Por ejemplo, cuando dije la palabra NUBE, cuatro personas reaccionaron con la palabra LLUVIA, pero cuando dije la palabra CLOUD a esas mismas cuatro personas, reaccionaron con las palabras RAIN, SHINE, SUN e ICLOUD.

Cuanto más consciente era de mi proceso de diseño, más me daba cuenta de que en realidad había estado utilizando los distintos idiomas que hablo en beneficio de mi creatividad. Si estoy diseñando algo y lo hago completamente en español, el resultado podría ser, por ejemplo, un cuadrado. Pero ahora digamos que diseño exactamente lo mismo, sólo que esta vez pensando enteramente en inglés; el resultado no sería exactamente ese mismo cuadrado, es más, podría ser una forma completamente diferente, como un círculo.

En mi experiencia, aplicar varios idiomas durante mi proceso de diseño me ha ayudado a conseguir resultados híbridos. Sin embargo, he descubierto que la ideación multilingüe no es algo que los creativos utilicen intrínsecamente, no es un hábito, y la importancia del lenguaje como parte del proceso de diseño ha sido bastante subestimada en gran parte de la investigación sobre diseño. Me gustaría dejar una invitación abierta a una exploración más profunda para entender el multilingüismo y cómo podría utilizarse como herramienta para los diseñadores.